"Qui est difficile à appréhender, analyser et comprendre dont le comportement manque de simplicité."
Margarita hoy una vez más he llegado a la conclusión que las cosas complicadas son más divertidas, hasta que hablé con papá.
En la tarde conversando, se repitió una de mis grandes verdades... nos gusta lo complicado Margarita, sí que nos gusta. Es que tenerlo todo a la primera y que las cosas salgan sin menor esfuerzo, no alegra. Hay que pelearla para conseguir lo que se quiere, para tener finalmente el placer que queríamos obtener, nada más valioso que lo que más nos ha costado.
Las cosas fáciles pierden lo interesante, ahora... es lo mismo fácil que sencillo?
Hablando con papá y él muy sentimental recordando a su abuela Rosa y el gran paquete de pop corn que le preparaba y le llevaba a Ancón cuando era niño, caí en la cuenta que a veces lo "sencillo" era gratificante. "China, mi abuela Rosa era la persona más sencilla que existía. Ella podía hacer de esta canchita natural que estoy comiendo, la más grasosa, lo que ella hacía era disfrutar y aprovechar de las cosas simples de la vida." Aguanta pá, pensé, y de dónde saqué yo ese bichito de gusto por lo complicado. Mi abuela en la chacra -continuó-, como no habían juguetes le hacía juguetes a tu abuelo con latas, con una latita y cuatro llantitas hacía un carrito que con una pitita y con una velita tenía luces y avanzaba.
Al parecer Margarita la abuela de papá tenía el poder de hacer de las cosas complicadas, como lo fue sustituir una carencia con creatividad, algo sencillo. Yo también puedo, ¿no? ¿qué esas cosas no se heredan? Espero que sí, y aunque realmente es un placer para mi toparme con lo complicado como lo eres tú, Hombre Margarita, disfrutaré siempre de que no seas tan sencillo para que yo no termine perdiendo el interés en ti.
SGMU
Viernes 22 de octubre de 2010.